29/6/10



No el mío -el cuerpo que te prometieron
está enterrado en el corazón
de una máquina inutilizable
que nadie puede detener o poner en marcha.

¿Yacerás con él? Podrás cavar hasta muy profundo-
escapar de una o dos Leyes- ver un relámpago
de luz. Jamás
llegarás a acercarte al corazón.

Yo lo intenté -soy el mismo- resultó lo mismo.
Quería que mis sentidos enloquecieran.
El relámpago no era más que una luz ordinaria.
¿Acaso nada podrá mantenerte aquí, mi amor, mi amor?

Leonard Cohen

26/6/10

23/6/10

Tanto para amar como para escribir uno empeña el corazón, lo desnuda y pone de manifiesto su esencia.


Dedicado por Saramago

Silvia Hopenhayn
Para LA NACIÓN
 
Primer encuentro. Saramago en Buenos Aires; caminata por la plaza Vicente López. Mira los árboles descubriendo las raíces de una ciudad ecléctica. Me pregunta si Borges caminaba por allí, si el gomero lo habría visto pasar. Le digo que María Kodama vive a una cuadra y parece que todavía anduvieran juntos. ¿Le pasará a Pilar en Lanzarote, cuando sólo le queden mis palabras? Le pregunto por Pilar. Le gusta que hablemos de mujeres. "Son seres aptos, volubles, maravillosos." Piensa en voz alta: "María Kodama obedecía el dictado del amor: transcribía los libros de su amado, era una mediadora; Pilar también, pero de otra manera. Es mi mediadora con la lengua española. Sólo quiero que me traduzca ella. Es única en su hacer con mis palabras".

Me cuenta su encuentro con Pilar del Río. "Nuestro amor comenzó en la ficción." Así fue. Ella lo descubrió por escrito. Cuando la periodista española compró en Sevilla un ejemplar de Memorial del convento se enamoró de Balthasar, el protagonista, y quiso ser Blimunda, su compañera del coraje y de los sueños. Se le atribuye a Pilar, el siguiente gesto: "Ella untó de saliva su dedo, y al pasar la última página, borró el punto final".

La ficción puede provocar un destino real: Del Río trabajaba en Televisión Española, en Andalucía, y consiguió que la enviaran a Lisboa para entrevistar al escritor portugués. Su intención no tenía nada de profesional. Tan sólo la excusa. Iba a conquistar al hombre que la convertiría en el personaje de su libro. Pilar no quería ser como Blimunda. Quería que Blimunda fuese como ella. Y para eso debía hacer que su creador le hiciera cruzar el puente que le tendía la ficción. Dos años después se casaron. Y desde entonces sus libros fueron para ella. Desde los 63 años, Saramago se los ha dedicado todos, quizá porque Pilar los habita. ¿O acaso la mujer del médico en Ensayo sobre la ceguera no comparte los valores con Blimunda, en una era apocalíptica?

La dedicatoria fue cambiando de sesgo. Primero sólo bastaba el nombre. "A Pilar." Luego la palabra Pilar cobró distintas formas. "A Pilar, mi casa", o la más bella, que aparece en Caín: "A Pilar, como si dijera agua."

Segundo encuentro. Saramago con Pilar en la habitación del hotel. Hablamos del exilio. De la mudanza a Lanzarote. Me cuentan el escándalo que provocó en Portugal la publicación de El evangelio según Jesucristo (a causa de la escena en que Jesús pierde su virginidad en brazos de María Magdalena). Refieren al repudio inesperado de la Iglesia portuguesa, que llevó al gobierno de esa época a vetar la presentación de la novela al Premio Literario Europeo. Como tantos otros escritores, la literatura de Saramago prospera en el exilio. Me hablan tomados de la mano. Advierto la trama que generan sus dedos entrelazados.

Tercer encuentro. Presentación en la Feria del Libro. Saramago ya es premio Nobel de Literatura. Aprovecha su renombre para propagar su protesta. Se agudiza su pesimismo. Tanteo su sonrisa. Es más escueta y endeble. Le recuerdo los árboles de la plaza Vicente López. Se disipa su enojo, recobra la frescura de sus primeras visitas y me cuenta que anduvo por allí paseándose con Pilar. Imagino sus pasos perdidos tras la sombra del gomero.

Ultimas noticias: Saramago fue cremado junto con un ejemplar de Memorial del convento. Cruje el recuerdo imborrable de un amor especular. Pilar, Blimunda.

19/6/10


"...no sufras
porque ganaremos,
ganaremos nosotros,
los más sencillos
ganaremos,
aunque tú no lo creas,
ganaremos"


Pablo Neruda
Extraído de "Oda al hombre sencillo"

18/6/10

Hasta luego

"Sólo soy alguien que, al escribir, se limita a levantar una piedra y a poner la vista en lo que hay debajo. No es culpa mía si de vez en cuando me salen monstruos"



José Saramago
(16 de noviembre de 1922- 18 de junio de 2010)

17/6/10

Te lanzo al demonio porque es más fácil que sacarme el corazón y mantenerlo con vida en este frío invernal. Te lanzo y volvés a toda potencia como un flisbee verde manzana, y me pegás en la frente. Me hacés ver como una estúpida y sentir como una estúpida también. Lo primero vaya y pase, pero lo segundo es imperdonable.

15/6/10

Poema De la Cordura

Con pie de pluma recorrí tu esfera,
mundo gracioso del esparcimiento;
y no fue raro que jugara el viento
con la mentira de mi primavera.

Dormido el corazón, extraño fuera
que hubiese dado lumbre y aposento
al suplicante Amor, cuyo lamento
llama de noche al corazón y espera.

Si, fría el alma y agobiado el lomo,
llegué a tu soledad reveladora
con pie de pluma y corazón de plomo,

¡Deja que un arte más feliz asuma,
gracioso mundo, y que te busque ahora
con pie de plomo y corazón de pluma!
 
Leopoldo Marechal



14/6/10



Mejor que a mi vecino, su impronta peronista
Mejor que a mi hermana, las energías y el silencio
Mejor que a mi abuela, su espíritu bondadoso
Mejor que a mi padre, los pies y el rock and roll
Mejor que a mi madre, la devoción por su familia
Mejor que a mi amiga, esa locura contagiosa
Mejor que a mi perra, su abrigo de Independiente
Mejor que a mi jardín, el aroma a tierra húmeda
Mejor que a mi cama, esa almohada sin cuerpo
Mejor que a mi abuelo, las mañas y el egoísmo
Mejor que a mi prima, esa figura angelical
Mejor que a mi tío, la horma y el zapato
Mejor que a mi amigo, su discurso socialista
Mejor que a mi vecina, los ruleros y las canas
Mejor que a mi corazón, esta tristeza infinita
Mejor que a mi colegio, los recreos extendidos
Mejor que a mi barrio, la vida de viejo
Mejor que a mi mochila, su duende colgante
Mejor que a mis libros, el olor a humedad
Mejor que a mi escritorio, ese orden milimétrico
Mejor que a mi armario, la ropa por colores
Mejor que a mi diario, los recuerdos de mil amores
Mejor que a mi escritura, la rima y la métrica
Mejor que a mi blog, este infinito de pavadas,
mucho mejor le sienta tu mirada a mi mirada.

10/6/10


Le dije que se fuera, que ya no era bienvenida y que había pasado su tiempo de gloria. Pero Ella se empeñó en quedarse. Paulatinamente fue ganando terreno como hacen las mujeres cuando desean apropiarse del lado izquierdo de la cama sin invitación. Vino un día, dos, hasta que se tornó una rutina insostenible porque despertarse con Ella es lo peor que puede ocurrirle a un soñador. De un sopetón, te anula el día sin darte tiempo siquiera a untar un pan con manteca. Le aclaré que fuera acostumbrándose a que esto no iba a ser siempre así, y le expliqué con total franqueza que hay días y días, pero que a nadie le sienta cómodo lucir en pijama por causa y consecuencia de su inesperada y angustiosa visita. Sin embargo, Ella parecía ignorar mi discurso. Se hacía un té verde, que tan bueno es para la salud, y me observaba desafiante sentada al otro lado de la mesa. Entonces yo insistía en que no podía quedarse porque en cualquier momento llegaría alguien y a nadie le gusta andar confesando su compañía. Ella tomaba otro sorbo y se mordía el labio inferior como si fuera a pronunciar alguna palabra en respuesta a mi descortesía, pero permanecía inmutable. Lucía un largo vestido verde. "La paradoja de la esperanza", pensaba mientras me acomodaba en su silla para convencerla de mi falsa indiferencia. Entonces le recordaba que la vida no es cuestión de usurpar un corazón y listo. Me exasperaba. Ella nunca decía nada, aunque volvía a sonreír con esa mueca forzada que obliga a levantar el ceño. Ella se instaló, se empeñó en quedarse y dejar ese velo de ausencia en el reflejo del alma; aunque le repito que se vaya, que ya no es bienvenida y que pasó su tiempo de gloria.

7/6/10


Las palabras crean y destruyen mundos. Por eso bajo mi almohada guardo un papelito doblado a la mitad donde escribo mis deseos. Yo sé que algún día van a hacerse realidad.

6/6/10

Una mujer que dice Chau


Me llevo un paquete vacío y arrugado de cigarrillos Republicana y una revista vieja que dejaste aquí. Me llevo los dos boletos últimos del ferrocarril. Me llevo una servilleta de papel con una cara mía que habías dibujado, de mi boca sale un globito con palabras, las palabras dicen cosas cómicas.
También llevo una hoja de acacia recogida en la calle, la otra noche, cuando caminábamos separados por la gente. Y otra hoja, petrificada, blanca, que tiene un agujerito como ventana, y la ventana estaba velada por el agua y yo soplé y te vi y ese fue el día en que empezó la suerte. Me llevo el gusto del vino en la boca. Por todas las cosas buenas decíamos, todas las cosas cada vez mejores que nos van a pasar.
No me llevo ni una sola gota de veneno. Me llevo los besos cuando te ibas (no estaba nunca dormida, nunca). Y un asombro por todo esto que ninguna carta, ninguna explicación, pueden decir a nadie lo que ha sido.


5/6/10

La niña de mis ojos

La niña de mis ojos
tiene triste su mirar
la niña de mi penar
tiene profundos los ojos.

La niña de mi sufrir
tiene blanca, blanca el alma,
la niña de mi parir
tiene adentro, el alba.

La niña es amanecer,
para mis ojos es calma.
La niña en su correr
tiene para mis labios, agua.

Andrea Rodríguez
"El refugio... de mujeres narradoras y poetas"
Hospital Interzonal "José A. Esteves"

Las palabras madrugadas

De pasar bajo la puerta,
madrugadas, las palabras que escribí
a dejarte cinco rosas
en las vías, no hay lugar para entender

que uno hace lo que puede
mientras la vida permite respirar,
que uno quiere lo que siente
y los días disponen lo que vendrá.

Cuando escupas los rencores
al reflejo del espejo que ofrecí,
no lo rompas en pedazos
de adjetivos, no sobran en mi jardín.

Aunque me haga bien tu risa,
no te rías, soy la sombra de tu sol.
En mi isla a mediodía
sólo veo a tu otro yo.


Del compañero Ariel Caravaggio
http://comoelpintor.blogspot.com/

3/6/10


Este personaje-persona niega las acusaciones espurias que recaen sobre su ¿persona o personaje? La máscara reposa cada noche en la mesa de luz. El personaje es quien a menudo te habla, no quien escribe estos versos. Advierte que mi insana costumbre de dramatizar y exponer cada vivencia lapida la dulce exclusividad que te otorgaron mis besos. Y aunque no lo creas, y aunque también a mí me cueste admitirlo: tengo la libertad de mil palomas enredadas en el estómago, en el pecho y la mente. Y cuando llega ese preciso instante en el que dispongo mi cabeza a blanquearse como la engañosa luna, de pronto aparece -sin que la invite a participar de mi desvelo- la maldita inspiración que me quita el sueño y la calma. La inspiración que me recuerda a martillazos cuan consciente soy de nuestra realidad (y digo nuestra por no decir tu realidad y mi realidad), y aunque me pese saberla entre tanta falsedad me da vida día a día. Porque no puede el hombre vivir fingiendo, ¡pero cuánto debe fingir para seguir viviendo! El gran dilema es si vale la pena ser iglesia y hereje de esta incertidumbre que hiere y lo envuelve todo.

2/6/10

De repente me encontré en medio del patio escolar buscándome.