Abrime el corazón y llevate mi alma, esa esencia que esconde lo peor y lo mejor de mi ser. Llevate todo. Ya no quiero sentir . Dejame elegir, al menos, esta vez.
18/4/09

16/4/09
Me clavás un puñal por la espalda y pretendés que siga en pie, que no llore como suelo hacerlo y que reconozca que tenés razón; también, que aplauda y me saque la galera. Esperás que me quede a ver el final de la película que yo misma escribí, pero que inesperadamente concluye con un derroche de ilusiones, besos, palabras, fantasías, proyectos y reproches. Y ahora que llegamos hasta ese lugar del camino al que no queríamos llegar, al de lastimarnos y volver a la ruta en vano, me encantaría odiarte, levantar el escudo y simular que el tiempo curará esta herida. Pero no puedo ¿Decime cómo borro de mi cuerpo tus huellas si lo único que añoro es tenerte un día más antes de que se acabe el mundo?
13/4/09
Entre la razón y el corazón, hay un mar de dudas. Pero tu mirada inocente ya no me convence, aunque sepas que mis benevolentes palabras sólo justifican lo que no quiero. ¿Cómo cambio este sentimiento por una razón para seguir? ¿Derrochando el tiempo que no querés? ¿O es estúpido decir que quiero que mueras por mi amor y que las locuras sean la regla y no la excepción?
¿Cómo encontrar al testigo que nadie vio? Otra vez el culpable queda exento de condena por falta de pruebas mientras la víctima vuelve a padecer aquellos viejos días de soledad intermitente. Y ésta que nunca se va, y parece mirarlo con zozobra desde la ventana, sonríe irónicamente y jura en medio de un susurro: no será la última ni la primera vez que un corazón muera por amor. Pero al culpable parece no importarle, y hasta coquetea con la indiferencia, aunque teme por su posible aparición que ya ni el odio fugaz lo haga sentirse vivo como ayer.
1/4/09

Si tuviera la certeza de que tus palabras son sinceras no estaría despierta, en medio de la oscuridad, interrogando las dudas que no puedo responder ¿O no quiero responder? Ya no sé. Me falta el coraje para aceptar que no estás dispuesto a darlo todo por este amor; y la deducción me lleva a una conclusión que preferiría no alcanzar. Ojala, en realidad, la lógica no sea mi fuerte porque mi mundo se derrumbaría en un instante. Y así aquella verdad universal de que entre el amor y el odio hay un solo paso sería ratificada por otro corazón destrozado.
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