14/4/10


Los hombres se enamoran de las piernas, la espalda, la boca, la cintura, la nuca, los ojos, la cadera, las manos, los hombros, el vientre, las tetas. También hay quienes se enamoran de los versos, las sonrisas, las miradas y los besos. Pero ninguno de los ojos en las lágrimas, la histeria, los celos, la constante demanda, la ciclotimia, la dulzura empalagosa, la necesidad no urgente.
Ninguno se enamora de las mujeres.