16/4/09

Me clavás un puñal por la espalda y pretendés que siga en pie, que no llore como suelo hacerlo y que reconozca que tenés razón; también, que aplauda y me saque la galera. Esperás que me quede a ver el final de la película que yo misma escribí, pero que inesperadamente concluye con un derroche de ilusiones, besos, palabras, fantasías, proyectos y reproches. Y ahora que llegamos hasta ese lugar del camino al que no queríamos llegar, al de lastimarnos y volver a la ruta en vano, me encantaría odiarte, levantar el escudo y simular que el tiempo curará esta herida. Pero no puedo ¿Decime cómo borro de mi cuerpo tus huellas si lo único que añoro es tenerte un día más antes de que se acabe el mundo?