Yo sé que no me entiendes; que es en vano
que a tí lleguen mis versos doloridos,
unos, como el fragor del océano,
otros, como el arrullo de los nidos.
Yo sé que no me entiendes; sin embargo,
mientras las cuerdas de mi lira pulse,
al mundo le daré todo lo amargo
de mis versos, y a tí... todo lo dulce.