29/5/09

día gris




Nada de lo que pueda sentir o decir en este momento me ayudará a descifrar quién soy. Mis días de alegrías desmedidas quedaron atrás, ya no soy ni la mitad de aquella niña que se paseaba sonriente por doquier e iluminaba con sus ganas de vivir hasta el último rincón de la casa que nunca fue su hogar. Odio tener que admitirlo, pero no sé en qué lugar la perdí. ¿O quizás me perdió ella a mí? Ese es un gran consuelo para este nuevo corazón repleto de penas y de un vacío de sensaciones inexplicables.